viernes, marzo 24, 2017

Una de las películas que más me han impresionado y, me atrevería a decir, una de las que me ha impresionado más cuando era un niño fue y ha sido El hombre menguante. En ella se detalla el angustioso viaje de un hombre hacia la pequeñez, hacia la presunta desaparición. Y digo presunta porque al fin y al cabo es un viaje hacia la comprensión de lo infinitesimal, es decir, hacia el proceso por el cual un ser humano viaja a lo más pequeño, NO HACIA LA DESAPARICIÓN sino hacia la comprensión más vívida de lo que nos podría pertenecer: la NANOTECNOLOGÍA. Y es en esto  cuando me detengo y me pongo a reflexionar en cuanto a persona que piensa. Un campo abierto y esplendoroso del pensamiento humano y universal. Una veta incomparablemente rica, fecunda, inabarcable y maravillosa que en todas las disciplinas hemos de observar.
Cuando se nos presenta este campo, este jardín nos preguntamos qué es lo que podemos observar, qué es lo que podemos mirar. Solo CREACIÓN. Como seres humanos en este campo, amplitud.
Porque nos debemos a nosotros mismos el hecho de comprender lo más pequeño para poder seguir creciendo.

No hay comentarios: