Uno
Marea tras marea
me ibas cubriendo con tus labios.
¿Qué atracción persistente?
¿Qué juego de lo eterno?
Roca mi cuerpo perdurable,
cobijada bajo la piel inocente,
hasta que sea tú
líquida de nuevo
en este juego inexplicable
de amor y tiempo.
Dos
Cómo sube la marea,
y se esconde la aislada roca
bajo la lámina marítima.
Ir y venir, sin violencia,
hasta que queda cubierta.
Un sinfín de intentos.
La persistencia insistente
de la onda.
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