jueves, agosto 10, 2017

DdA-VI

Aquella noche, mientras fumábamos a la puerta de aquel bar, les expliqué que a lo largo de mi vida, sí, estoy seguro de ello, que lo que mejor se me daba y que lo que había practicado siempre, con mejor o peor fortuna, era escapar. "Lo que mejor se me da es escapar", les dije, y empecé a contarles cómo fue la primera vez. Era un niño, apenas tenía seis años, si mal no recuerdo.
Uno por uno fueron entrando en el bar. Uno por uno fueron apagaban sus cigarrillos y regresaban al bar.
Me quedé solo, al final, fuera, sonriendo.

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